El pasado sábado, 3 de junio, en la playa de Sagüés, donde el sol acariciaba la arena dorada, surgió un acontecimiento sin precedentes que va más allá del deporte y la diversión. Por primera vez, tuvimos la oportunidad de sumergirnos en el agua azul del Cantábrico con jóvenes en riesgo de exclusión social de la iniciativa Kolore Guztiak. Las emociones estuvieron a flor de piel. Los jóvenes, nerviosos unos y entusiasmados otros, se prepararon para hacer frente a las olas con las tablas de surf en la mano. Para muchos de ellos, esta experiencia supone un auténtico reto, tanto físico como emocional. Sin embargo, han demostrado ser capaces de superar cualquier obstáculo que se interponga en su camino. Pero el surf es solo el principio. Lo que realmente queremos es construir un futuro mejor para estos jóvenes. Y es que nuestro principal objetivo es ofrecer oportunidades a los jóvenes que se enfrentan a retos difíciles en la vida.
Para muchos de estos jóvenes, surfear es algo totalmente nuevo. Precisamente, algunas han estado raras veces cerca del litoral. El surf no es sólo ponerse de pie en las olas. Consiste en superar retos, aprender a caer y a volver a levantarse. Queremos que estos chicos y chicas se den cuenta de su fuerza interior, mientras disfrutan del poder del océano, claro.
No sólo ha sido una experiencia insólita, sino muy bonita, pero ha sido aún más bonito darse cuenta de que vendrán más baños. De hecho, al acabar de surfear hicimos una merendolita con todos los jóvenes y varios surfistas que andaban por Sagüés.
Estamos ilusionados con este proyecto y deseando volver a ir a surfear todxs juntxs. Además, no solo nosotros tenemos ganas de volver, precisamente, al terminar el baño, algunos jóvenes estuvieron preguntando por la siguiente vez, alegando a que querían surfear de nuevo. Han compartido risas, superado retos y creado recuerdos muy bonitos. Mientras se despiden hasta la siguiente sesión, vemos que se les incrementa la confianza en ellos.